La guerra al terror modificó el escenario de la política internacional

Francisco Alcácer
En términos estrictamente geopolíticos, la "guerra contra el terrorismo" probablemente sea la aventura más exitosa y coherente de la política exterior de Estados Unidos desde su intervención decisiva en la Segunda Guerra Mundial.


El proceso tuvo, por supuesto, sus costos, pero que afectaron mucho menos a los fines geoestratégicos concretos que a la política de relaciones públicas que los sustenta: la buena imagen internacional, la presunción de legalidad, de autoridad moral y altruismo desinteresado y aun de poder al que es en vano oponerse. Al desnudo quedaron pronto el interés por el petróleo y la dominación, a veces al margen del derecho internacional, del gobierno de George W. Bush y su vicepresidente Dick Cheney. Culminada la Guerra Fría, más de diez años antes de que Al Qaeda atentara en el corazón de Manhattan, el sector de "halcones" conservadores del gobierno de George Bush padre, encabezado por Cheney, entonces secretario de Defensa, diseñó una estrategia de control planetario y supremacía global política y militar. De manera paradójica, sin embargo, la ausencia de la Unión Soviética, el único poder que podía oponerse a este plan, se transformó en un escollo. Sin la URSS, este proyecto no encontró un enemigo ni un contexto histórico que lo hiciera justificable y no pudo materializarse, dejando a Estados Unidos en su condición de potencia hemisférica, atlántica y del Pacífico ganada a fines del siglo XIX y tras la Segunda Guerra, pero sin una presencia fuerte en Medio Oriente y Asia central, la denominada "Región Cardial". "El 11-S implicó una oportunidad para que aquello que había estado en el diseño estratégico de un sector conservador muy duro, que se había mantenido en las sombras durante el gobierno de Clinton, hallara la ocasión para hacerse realidad", dijo a Télam el doctor en Relaciones Internacionales Juan Gabriel Tokatlián. En efecto, dos meses después del 11-S, Estados Unidos invadió Afganistán, derrocó a los talibanes y puso en fuga a Osama Bin Laden y Al Qaeda, y dos años más tarde, en Irak, acabó por asentarse en la Región Cardial, esa cuyo control garantiza también el control mundial, según la teoría fundacional de la Geopolítica. "Por primera vez en su historia, a raíz del emprendimiento contra Al Qaeda y la guerra al terrorismo, Estados Unidos pudo proyectar poder e influencia efectiva a Asia central y Medio Oriente (...), un logro vital mientras el mundo siga necesitando petróleo y gas", resumió Tokatlián, de la Universidad Torcuato Di Tella. La recaída en la "tentación imperialista", según las palabras de Tokatlián, tuvo complicaciones y reveses, algunos de génesis y dinámica propia, como la crisis económica -que hoy parece prefigurase como el factor limitante número uno de la continuación a este ritmo y a largo plazo del avance geopolítico estadounidense- y otros como consecuencia directa de la guerra. Las revelaciones de los arrestos ilegales y torturas de la CIA de presuntos extremistas, su encierro en Guantánamo y los abusos en la cárcel iraquí de Abu Ghraib indignaron al mundo musulmán y trocaron en desconfianza la solidaridad y condolencia que muchos otros habían mostrado inicialmente hacia Estados Unidos. "En Afganistán, la `guerra asimétrica` contra los talibanes no da ninguna señal de progreso, a una década de su inicio", dijo Conrad Raabe, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Loyola, de Nueva Orléans, en una entrevista telefónica. "En Irak, la invasión desató la tensión entre chiitas, sunnitas y kurdos, la inestabilidad política aún cunde y cualquier chispa amenaza reavivar la guerra civil de 2006 y 2007. La violencia cayó, es cierto, pero cientos de personas todavía mueren todos los meses", agregó. La guerra en Irak y el ascenso al poder de la mayoría chiita, además, aumentó drásticamente la influencia regional de Irán dentro de Irak y también más allá a través de los enemigos israelíes Hamas y Hezbollah, que ahora gobiernan en Gaza y dominan el Ejecutivo en el Líbano, respectivamente. También inquietó a la estratégica Turquía, el único miembro musulmán de la OTAN, que bombardea de tanto en tanto posiciones en el norte de Irak de los rebeldes separatistas kurdos que pelean contra el Estado turco. En un intento por lavar su imagen en el mundo árabe e islámico, las declaraciones de solidaridad con los palestinos primero de Bush y luego de Obama y las presiones a Israel por las colonias en Cisjordania provocaron también sacudones inesperados en la histórica alianza estadounidense-israelí. En opinión de Raabe, sin embargo, para la lógica de la guerra contra el terrorismo, inestabilidad y violencia no son necesariamente "derrotas", y hasta pueden volverse situaciones aprovechables. "¿Usted está tan seguro de que Washington quiere terminar con los terroristas, con el enemigo? ¿Está seguro que no atacará a Irán tarde o temprano, amparándose en su `amenaza para la región`? Dice que se irá de Irak y de Afganistán, pero las bases quedarán y con ellas su control regional y la capacidad de golpear a Irán y a cualquier otro allí en cualquier momento", declaró. El analista internacional argentino Enrique Lacolla dijo que no es prudente hablar ya de victoria o derrota en su "guerra al terrorismo", aunque consideró que está claro que, por lo menos "hasta ahora", Estados Unidos "viene ganando". "Es difícil hablar de ganadores y perdedores porque esto es un proceso en desarrollo. Pero sin duda, hasta ahora (Estados Unidos) viene ganando", señaló Lacolla, un premiado escritor y periodista y docente que reside en Córdoba. El 11-S "concretamente ha servido de detonante para el lanzamiento pleno, con toda la fuerza, de un proyecto que venía de antes, de un plan para desplegar el dispositivo bélico norteamericano en puntos estratégicos decisivos para el diseño geopolítico, militar del siglo XXI", prosiguió. "No sé cuánto tiempo podrá mantener este ejercicio, esa marcha hacia adelante, pero en principio desde el punto de vista militar no tiene rivales, y no hay tampoco, aparentemente, potencia que sea capaz de contrarrestarlo", agregó.

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Mbah Qopet Updated at: 2:51 p. m.