Cine: entre propaganda oficial y denuncia de las mentiras

Paulo Pécora
Los atentados del 11 de setiembre de 2001 a las Torres Gemelas de Nueva York fueron abordados por el cine durante la última década desde diferentes perspectivas, que van de la propaganda oficial hasta investigaciones que muestran diferentes facetas de los hechos.

Al igual que las cadenas televisivas, los diarios y otros medios de comunicación, gran parte del cine estadounidense se puso en función de legitimar la revancha, quizás sin saber que también lo hacía con la demonización globalizada de la cultura musulmana y el islamismo. Las expresiones más obvias surgidas de Hollywood apelaron a la espectacularidad propia de los atentados y también al golpe bajo para sensibilizar al público masivo -profundamente dolido y estupefacto por los hechos- y generar consenso en relación a la necesidad de escarmentar a los supuestos responsables. Hubo excepciones que abordaron el tema con menos sensacionalismo, como el filme colectivo “11`09``01-September 11”, de once directores; y “WorldTrade Center”, de Oliver Stone, que subrayó el heroísmo de bomberos y policías que rescataron a los sobrevivientes. También lo fueron “United 93” (2006), de Paul Greengrass, y “Flight 93”, de Peter Markle, ambos centrados en el drama de los pasajeros que viajaban en uno de los aviones secuestrados ese día. En las antípodas oficialistas fueron surgiendo películas críticas que revelaron mentiras y excesos del gobierno de George W. Bush, e incluso verdaderos manifiestos de contrainformación que negaron la versión oficial. En esa línea existen numerosos filmes, entre los que se destacan dos documentales: el primero es “Fahrenheit 9/11” (2004), donde Michael Moore saca a la luz vínculos financieros entre la familia del ex presidente Bush y la del saudita Osama Bin Laden. Moore sostiene allí que las verdaderas razones de las guerras posteriores son geopolíticas y económicas, con el petróleo y otros recursos naturales como eje. Y denuncia que los motivos del gobierno de Bush para invadir Afganistán en 2001 e Irak en 2003 no fueron la necesidad de liberar a unos del fanatismo talibán o a los otros de un dictador como Saddam Hussein, que supuestamente poseía armas químicas, sino más bien favorecer los intereses petroleros estadounidenses y asegurar para su país una fuente de energía a su medida. El segundo documental, mucho más incómodo y políticamente inconveniente, se llama “Zeitgeist”, una investigación que sólo circula en Youtube y otras páginas de internet y cuya particularidad es llevar sus denuncias y sospechas sobre las causas verdaderas del 11-S, al extremo de acusar al propio gobierno estadounidense de ser el autor intelectual del atentado. Al igual que “Zeitgeist”, otros filmes más extremos abonaron diversas teorías conspirativas: “LooseChange”, de DylanAvery, expone por ejemplo los elementos con los cuales el gobierno de los Estados Unidos supuestamente planeó y ejecutó los ataques del 11 de septiembre en el WorldTrade Center y el Pentágono. Por su parte, el investigador estadounidense Alex Jones aborda en “Terrorstorm” y “Endgame” lo que él y otros llaman el "Nuevo Orden Mundial" o "Gobierno mundial totalitario", basado en lo que considera como la erosión de la soberanía de Estados Unidos y de sus libertades civiles, la corrupción del poder del gobierno, el engaño corporativo y la cohesión entre diferentes estructuras de poder. Muchos de estos filmes fueron censurados o estuvieron a punto de serlo, ya que pusieron en tela de juicio la “verdad” oficial. Por ejemplo, “Misterios del Once de Septiembre” es un documental censurado que explica que las torres gemelas fueron demolidas con explosivos y no cayeron por culpa de los aviones, descarta la hipótesis del "terrorismo islámico" e incluye el testimonio del físico Steven Jones, autor de un análisis del desplome y miembro del grupo “Intelectuales por la verdad del 11-S”. De hecho, existen varios grupos que comparten los cuestionamientos de este movimiento y exigen al gobierno estadounidense que responda a una serie de dudas e inconsistencias en torno a los ataques, como lo denuncia también el filme "911 RippleEffect", del presentador de radio neoyorquino Dave von Kleist. Películas como “Ghost of Abu Grahib”, “Camino a Guantánamo” y “Taxi ToTheDarkSide”, revelaron las prácticas de detención y torturas impulsadas por la Casa Blanca, mientras que en su trilogía formada por “Iraq For Sale”, “Outfoxed” y “Uncovered: TheWaron Iraq”, Robert Greenwald critica las implicancias mediáticas y corporativas de la invasión a Irak. Otros filmes examinaron los miedos inconscientes de la gente, el pánico ante lo desconocido y los problemas psicológicos en víctimas y familiares, tal como lo hará -diez años más tarde- "ExtremelyLoud and IncrediblyClose", un drama con Tom Hanks y Sandra Bullock sobre un joven que pierde a su padre en los atentados.

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Mbah Qopet Updated at: 2:59 p. m.